domingo, 30 de octubre de 2011

Un día desconectada

Hoy me levanté más tarde, después de haber salido dos días seguido, el dormir poco me pasó la cuenta.
Desperté a eso de las 3 de la tarde, tome jugo y mi papá se puso a hacer el almuerzo. El típico domingo, que parte flojo.
Como a las 16 nos fuimos donde mi abuela. Hace tiempo que no iba a verla.
Allá estaba casi toda mi familia por parte de mamá. No hago más que entrar por la puerta y la primera que corrió a saludarme y abrazarme fue mi prima que la semana pasada me quede cuidándola para que mi madrina pudiera salir con sus amigas. Me dijo que me había extrañado.
Después me abrazo mi abuela y me hizo cariño en el pelo, yo yo me quede ahí un rato. Aparecieron mis tías, me preguntaron como estaba, una de ellas me dijo que me tenía un bolso para que pudiera cambiar mi mochila que estaba rota y se me caían las cosas. Mientras yo le agradecía me paso unos aros muy lindos y por detrás mi abuela me pasa un chocolate. Sentía que era demasiado y las abrace de nuevo para agradecerles.
Un rato después querían tomar once y yo le ofrecí a mi abuela poner la mesa en el patio, debajo de la parra. Comían mientras les contaba algunas cosas que había hecho en la u.
Después de eso salimos a caminar, corría viento pero no hacía frio.
Llegué a la casa y me recosté al lado de mi madrina.
Como que el día me hizo feliz, hizo que me olvidara de las cosas malas y tristes.

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