lunes, 12 de septiembre de 2011

Las sorpresas

Todo empezó bien, yo creía que sería eterno, tantas promesas que se hicieron al principio, todas ellas quedarón olvidadas. Aun no sé si yo cambie o fue él, ahora cada vez que hablo con él siento que no lo soporto, pero no tengo la fuerza para sacarlo de golpe de mi vida, tan facil sería quizá borrarlo, pero no lo hago, traté como siempre de ser tan odiosa que fuera él quien quisiera borrarme, dejar de hablarme para siempre. Todo terminó en acusaciones mutuas y llanto.
Sinceramente no sé si quiero juntarme con él, me da miedo y mucho. Pero pasa el tiempo y cada vez siento más angustia, lo extraño tanto que el solo hecho de pasar por fuera de su casa todas las mañanas me hace bajar la cabeza y voltear la mirada.
No sé que quiero, siento que soy una mierda de persona y que me esta pasando eso por ser una mierda con otras personas, por haberlas hecho pasar malos ratos.
Le dije que lo esperaría el domingo a las 7 de la tarde sobre el juego amarillo de la plaza, es el juego que más me gusta por que son dos resfalines unidos por un pequeño puente amarillo, te puedes sentar.
Son las 6.58 y nada
Estuve todo este rato pensando en como sería el reencuentro, si lloraría, si lo abrazaría, si no haría nada, si reíria.
7 en punto. Solo cierro los ojos y una lagrima cae.
Imagino que a lo lejos se acerca y escucho su voz, se oye tan real que no sé si de verdad esta ahi o si sigue siendo mi imaginación, pero me da tanto miedo encontrarme con la decepción que no los abro y solo sigo llorando

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